El ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, dijo hoy que las provincias afectadas por la sequía evalúan declarar la emergencia agropecuaria y que la caída de la producción afectará a la recaudación impositiva y a las economías regionales.
“Hasta ahora ninguna provincia ha declarado la emergencia por la sequía, sabemos que lo están estudiando y primero la provincia tiene que evaluar los daños”, dijo Etchevehere en diálogo con radio Nacional.
Señaló que el Ministerio “monitorea día a día del impacto de la sequía, no arriesgamos cifras porque eso se modifica día a día; esperamos que en algún momento pueda llover y, de alguna manera, revertir aunque sea parte de esta disminución de la cosecha”.
“Las provincias están evaluando los riesgos, porque la Ley de Emergencia prevé que son las provincias las que deben decretar emergencia o desastre agropecuario y cada provincia aplica lo que tiene previsto para estas circunstancias y luego la Nación homologa”, explicó.
A partir de la declaración de ese estado, empiezan a aplicarse las herramientas a nivel nacional para este tipo de casos, como seguimiento de impuestos a las ganancias, bienes personales, anticipo de impuestos a las ganancias, pagos de tarjetas de bancos oficiales y de crédito”.
La sequía afecta a un total de 28 millones de hectáreas en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba.
En esas provincias “va a haber sin duda mucha menos actividad económica en los pueblos que dependen de la actividad agroindustrial y la sequía afecta también la recaudación impositiva”.
La agroindustria genera 60% de las divisas que ingresan al país y, por una crisis climática, “eso se pone en evidencia”.
“Argentina es tan importante en la producción de granos a nivel mundial que hizo que subieran los precios, tanto en los porotos de soja como en la harina de soja”, destacó.
El funcionario indicó que “económicamente puede llegar a quedar parejo, pero sí habrá menos actividad comercial en los pueblos dependientes a nivel talleres, estaciones de servicio, gastronomía”.
El sector agropecuario está “acostumbrado a competir y en condiciones más desfavorables y así y todo progresan; al agro se le sacó en 10 años US$ 80.000 millones por retenciones y, a pesar de eso, invirtió”, concluyó.