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La crisis rusa amenaza el comercio de lácteos

Las exportaciones argentinas de alimentos destinadas al mercado ruso podrían comenzar a desacelerarse a partir de los problemas económicos registrados en esa nación por el derrumbe del precio internacional del petróleo.

infocampo

La combinación de bajos precios del petróleo, una recesión inminente en la economía rusa y las sanciones occidentales por la crisis en Ucrania generaron una tormenta perfecta que llevaron al derrumbe del rublo ayer, que repercutió en todo el mundo y abrió un compás de incertidumbre en particular para el mercado de las materias primas y para las economías emergentes.

Una cotización del petróleo por debajo de los US$ 59 por primera vez desde mayo de 2009 –con la amenaza de seguir en baja–, en conjunto con la incapacidad del Banco Central de ese país para frenar la fuerte depreciación de su moneda a través de un alza de emergencia de las tasas de interés (de 10,5% a 17%), llevó al rublo a colapsar durante la víspera a niveles mínimos históricos de 79 unidades por dólar, más allá de que en la tarde de ayer la moneda rusa se recuperó parcialmente a 68,4 rublos por dólar. En la jornada del lunes, el dólar se había fortalecido 13% frente al rublo.

Para el mercado de quesos argentino esta realidad puede ser desastrosa, en lo que va de 2014 se declararon exportaciones argentinas de quesos duros (fundamentalmente Goya, Reggianito y Parmesano argentino) por 6325 toneladas a precio FOB total de 44,6 millones de dólares. El dato es que hasta el 7 de agosto pasado se habían registrado colocaciones por 3042 toneladas, de las cuales 919 toneladas (30% del total) se destinaron al mercado ruso.

Con posterioridad al bloqueo comercial implementado por el gobierno ruso, las ventas declaradas de quesos de pasta dura fueron de 3282 toneladas, de las cuales 1676 toneladas (51%) se remitieron a la Federación Rusa.

Es que desde el embargo a occidente el comercio de alimentos con Rusia creció en toda América Latina.

Según datos del Ministerio de Economía de Rusia, sólo durante los meses de agosto y septiembre de 2014 Brasil aumentó sus exportaciones en 168 millones de dólares. Creciendo en 1,5 los envíos de carne de ganado, y en un 56 por ciento los de ave de corral. Precisamente sobre este ítem, el Ministerio de Agricultura de Brasil informó que en la comparación del período de enero a octubre del 2013 con igual período de 2014, se duplicó el volumen de las 39 toneladas a las 92 actuales, con un ingreso de 237 millones de dólares. En sintonía con este crecimiento, el Servicio Sanitario ruso Rosselkhoznadzor habilitó en noviembre tres establecimientos de productos lácteos de Brasil para la exportación de queso a Rusia. De este rubro, en lo que va del año se entregaron cinco habilitaciones y en general el país cuenta con más de 160 sitios en condiciones de exportar a la Federación.

En Argentina, el envío de carne congelada se incrementó un 30 por ciento, pasando de 65,6 a 88,1 millones de dólares, en la comparación de agosto-septiembre de este año con el pasado, según el Ministerio de Economía ruso. El aumento es de un 60 por ciento si se compara el período de enero a septiembre. Índices positivos también registran la leche y nata con un 15 por ciento y los aceites con un 42 por ciento, siempre según el organismo económico ruso. En tanto que para las cámaras locales argentinas, entre agosto y octubre de este año, Rusia se convirtió en el principal mercado de los cortes y trozos aviares congelados, por detrás de países como China o Sudáfrica.

En cuanto al otro grande de Sudamérica, Chile, la relación podría estar dada más por el impacto de las sanciones que por la intensidad de las relaciones bilaterales con Rusia.
Los ciudadanos rusos son grandes consumidores de salmón, y con Noruega, su principal proveedor, afectado por el embargo, Moscú debió poner la mira en otros productores. Así, la industria pesquera chilena disfruta de una etapa dorada, con hasta 30 habilitaciones para sus establecimientos de producción de pescados y mariscos desde el inicio del embargo y una exportación que crece a pasos agigantados. Comparando los meses de agosto y septiembre de 2013 con los de 2014, la nación aumentó su exportación de pescado congelado en más del 70 por ciento y en mariscos el aumento es de 6,3 veces.

Perú, por su parte, que contó con el impulso de la visita de Ollanta Humala a Moscú, la primera de un presidente de este país a Rusia, recibió una veintena de habilitaciones para exportar pescado congelado a la Federación Rusa, además de ser el principal proveedor de productos horto-frutícolas de Sudamérica, según la Asociación de Gremios Productores Agrarios (Agap) del Perú. Su directora, Ana María Deustua, afirmó que están creciendo a un promedio de 10 millones de dólares por mes y que esperan cerrar el 2014 en 80 millones.

En tanto que, Uruguay, también con un volumen de negocios menor al de Brasil y Argentina, experimentó un salto cualitativo en su exportación de quesos y pescados. Del primero, las ventas pasaron de 75 toneladas en julio de este año a 1298 en septiembre y 2.121 en octubre. En cuanto al segundo, el volumen exportado logró multiplicarse por cuatro del 2013 a lo que va del 2014. Hasta septiembre de este año, los tres grandes de Sudamérica muestran comportamientos dispares respecto del total exportado. Brasil creció un 6,1 por ciento, Chile disminuyó un 6,5 por ciento y Argentina lo hizo en un 2,8 por ciento.

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