-¿Cómo surgió dicha iniciativa?
-A través de la creación de una empresa familiar. Nos iniciamos hace diez años en la producción de verduras, en principio, y hace cinco, buscando una alternativa de diversificación y de consolidación económica empezamos a trabajar con frutillas, con una premisa clara, la de tener un producto orgánico.
-¿Por qué producir frutas finas?
-Primero porque las condiciones agroclimáticas de la región en donde estamos nos lo permite, lo hemos probado y funciona bien, podemos hacer orgánico, que es un tema bastante delicado, sobre todo en la pampa húmeda. Y por otro lado, porque es un producto que por sí mismo llama la atención.
-¿Cuántas hectáreas utilizan y cómo es el manejo?
-Por ahora una hectárea, la trabajamos con cobertura, malla antigranizo y con riego por goteo, pero nuestra idea es llegar a unas veinte hectáreas por lo menos. Y no solamente para la venta de fruta fresca, estamos reacondicionando un galpón para hacer dulces sin conservantes utilizando azúcar orgánica.
-¿Cuál es la relación costo-beneficio de trabajar en forma orgánica respecto de la convencional?
-La experiencia que tenemos hasta ahora es de muy pequeña escala, por lo tanto es muy difícil evaluarlo. Quiero terminar ésta temporada para poder saber cuál es esa relación.
-¿Dónde están ubicando la producción?
-Empezamos a vender en La Pampa, en los próximos días llevamos algo a Buenos Aires, y para enero queremos mandar a España. Un nicho interesante para los productores marginales.
El futuro es orgánico
Las perspectivas del negocio a futuro de los productos orgánicos son muy buenas. Todo indica que el techo de exportación está muy lejos de lo que se puede llegar a producir en la Argentina. En la siembra se utilizan variedades reflorecientes. Esto permite una permanencia en el mercado de varios meses, con lo cual se logra mejorar la amortización.
Y en cuanto a las épocas, se planta en agosto-septiembre y se cosecha a fines de noviembre. Para evitar la acumulación de patógenos se utiliza la rotación de cultivos, y para el control de plagas enemigos naturales como la incorporación de sapos, por ejemplo. En la labor, son necesarias alrededor de ocho personas fijas por hectárea.
Alejandro Cavalli | infocampo@infobae.com.ar